La Paz, 6 de enero de 2025
El término «síndrome del niño/a hiperregalado» no está reconocido en la literatura médica. Sin embargo, existen muchas publicaciones en el internet y describe comportamientos observados, analizados, comentados, por profesionales de la salud mental, en niños que experimentan una crianza excesivamente permisiva , sobre protectora, con exceso de regalos principalmente en estas fechas.
Con la llegada del Día de Reyes, muchas familias cierran un ciclo lleno de celebraciones, alegría y regalos. Sin embargo, este periodo también puede traer consigo una realidad poco visible pero significativa, y es de lo que quiero comentarte.
¿Qué es?
Este término describe la situación en la que los niños /as, reciben una cantidad excesiva de regalos, lo que puede generar efectos negativos en su desarrollo emocional, social y comportamental. Tener demasiados juguetes y objetos no solo sobre-estimula, sino que también puede distorsionar su percepción sobre el valor de las cosas y de las relaciones humanas.
¿Cómo identificarlo?
Algunos signos comunes incluyen:
- Pérdida rápida del interés: Deja de valorar los juguetes porque siente que siempre habrá más.
- Dificultad para concentrarse: Tener demasiadas opciones puede generar dispersión y aburrimiento.
- Actitudes de insatisfacción: Aparece el deseo constante de tener más, sin disfrutar plenamente lo que ya tiene.
- Falta de gratitud: Los regalos se perciben como algo esperado y no como un gesto especial.
Impacto en el desarrollo emocional y social
Cuando un niño/a crece en un entorno donde los regalos son abundantes y las expectativas materiales siempre se cumplen, su desarrollo emocional y social puede verse afectado de varias maneras:
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Emociones inmaduras y baja tolerancia a la frustración:
Al no enfrentarse a límites o a momentos de espera, puede desarrollar una baja tolerancia a la frustración. Esto puede manifestarse en comportamientos impulsivos o en la incapacidad de manejar el rechazo o el fracaso en el futuro. -
Dificultad para valorar las relaciones humanas:
Cuando el enfoque está en los objetos y no en las experiencias compartidas, pueden aprender a buscar satisfacción en lo material en lugar de en los vínculos emocionales. Esto puede derivar en relaciones superficiales o utilitarias más adelante. -
Poca creatividad y capacidad de resolución de problemas:
El exceso de juguetes puede limitar la imaginación, ya que muchos de estos productos vienen con funciones predefinidas que no estimulan la creatividad o el juego libre. -
Problemas de autoestima y satisfacción personal:
Si se acostumbra a recibir siempre lo que quiere, puede crecer con una dependencia emocional hacia lo externo para sentirse feliz.
¿Cómo afecta esto en su vida adulta?
El impacto de este síndrome no termina en la infancia, ya que se puede desarrollar patrones de conducta emocionales patológicos:
- Relaciones superficiales o utilitarias: Podrían priorizar lo material sobre los valores de empatía, solidaridad y compromiso, dificultando la formación de vínculos profundos.
- Tendencia al consumismo: Existe el riesgo de buscar satisfacción constante a través de compras o acumulación, perpetuando una relación insana con lo material.
- Baja resiliencia: La falta de experiencias que enseñen límites, espera o gratitud puede derivar en adultos que tienen dificultades para lidiar con los retos o las pérdidas.
- Desconexión emocional: Podrían sentirse insatisfechos o vacíos, buscando constantemente «algo externo» que llene ese vacío emocional.
Reflexiones
Fomentar y cultivar el desarrollo emocional, espiritual, para fomentar valores más profundos y duraderos:
- Menos es más: Prioriza calidad sobre cantidad. Un regalo que fomente creatividad o aprendizaje puede ser más valioso que muchos juguetes.
- Involucrarlo en experiencias: En lugar de centrar las festividades en lo material, promueve actividades compartidas como juegos en familia, cuentos o manualidades. Incluso participar con la familia en actividades comunitarias de servicio.
- Fomentar la gratitud: Enseña a los niños a agradecer cada obsequio y a valorar el esfuerzo detrás de ellos.
- Inculcar valores solidarios: Propón donar algunos juguetes nuevos o en buen estado a quienes lo necesiten, enseñando el poder de compartir.
- Tiempo en lugar de objetos: Regalar tiempo de calidad fomenta un desarrollo emocional y social más saludable que cualquier objeto material.
Como padres y cuidadores, ¿qué podemos aprender?
El Síndrome del Niño Hiperregalado nos invita a reflexionar sobre cómo transmitimos valores en una sociedad que constantemente asocia felicidad con consumo. Estas fechas nos recuerdan que lo más importante no es la cantidad de regalos, sino el amor, la conexión y las experiencias que compartimos en familia.
Más allá de los juguetes, regalemos tiempo, enseñanzas y momentos inolvidables que nuestros hijos llevarán consigo mucho más allá de estas fechas, pues como dicen, «los valores se enseñan en casa».
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Dr. Jorge Reque – Paidopsiquiatría