«Día mundial contra la depresión»

La Paz, 13 de enero de 2025

Cada 13 de enero, el mundo une fuerzas para crear conciencia sobre la depresión, una enfermedad cerebral que afecta a millones de personas en silencio. Para mí, además, esta fecha tiene un significado profundamente personal.

Hace algunos años, 6 a.m., recibí una llamada, -falleció la abuelita-, una de las personas más importantes en mi vida, partió de este mundo. Apenas iba a salir el sol, estaba solo, lejos de casa, en México, a punto de culminar mi formación como psiquiatra infantil, conocemos o conoces la impotencia, el dolor…

Sumado a otros eventos, o diriamos «golpes de la vida», experimenté un viaje de emociones intensas, tristeza, nostalgia, sensación de vacío, no dormir, y los primeros ataques de pánico, siempre en la noche, cuando la cabeza piensa más, y el silencio aterra…. «voy, quiero, deseo, morir»….

Creo que estas experiencias además de marcar mi vida,  me motivaron más a dedicarme al servicio de un propósito, «ayudar desde la salud mental».

La depresión no discrimina. Afecta a personas de todas las edades y es hoy, una de las principales causas de discapacidad en el mundo. Lo que muchos no saben es que esta condición también está en aumento en niños y adolescentes. En la consulta, cada vez más atiendo a estos pequeños, enfrentando este problema, a menudo oculto tras el silencio o el malentendido, «es su carácter, no me hace caso, lo pego y nada, está peor», «se lastima, se corta, dice que se quiere morir». 

En los adultos, la depresión puede manifestarse de diversas maneras:

  • Tristeza persistente o vacío emocional, «llorar todo el tiempo, de la nada», no sentir consuelo. 
  • Pérdida de interés en actividades antes placenteras.
  • Cambios en el apetito y el sueño.
  • Fatiga constante y dificultad para concentrarse.
  • Insomnio o mucho sueño durante el día.
  • Sensación de lentitud.
  • Dificultad para concentrarse o tomar decisiones.
  • Dolores físicos o que no tienen una causa física clara.
  • Sentimientos de desesperanza, inutilidad, culpabilidad o odio a sí mismo.
  • Aislamiento de familiares y amigos.
  • Problemas con el deseo y el rendimiento sexual.
  • Pensamientos de muerte o suicidio, y los «temidos» intentos de suicidio.

En los niños y adolescentes, la depresión puede ser más difícil de identificar, ya que no siempre se expresa como tristeza evidente, sin duda «el enojo», marca la diferencia:

  • Irritabilidad constante o enfados frecuentes.
  • Retraso o regresión de su neurodesarrollo (posible enuresis o encopresis).
  • Llanto inmotivado, frecuente, pobre tolerancia a la frustración.
  • Dolores de cabeza, estómago, del cuerpo, y que con la ayuda del pediatra te dice, «todo está bien, debe ser psicológico».
  • Cara triste o inexpresiva con mirada de aflicción.
  • Afectividad pobre o apática durante el juego o la interacción social.
  • Rechazo o dificultades en su aprendizaje o adaptación escolar.
  • Aislamiento social y pérdida de interés en juegos o actividades.
  • Incremento de conductas agresivas.
  • Quejas de «aburrimiento» en actividades que antes las disfrutaba, incluye sentimientos o ideas de incompetencia o incapacidad “sentirse superado por las exigencias”, con falta de energía, fatiga.
  • Bajo rendimiento escolar, rechaza o le es difícil realizar las tareas académicas, aislamiento de sus pares, falta de concentración.
  • Cambios en los hábitos de sueño y del apetito.
  • Hipersensibilidad al rechazo, además de desinterés amplio en participar de actividades familiares o con sus pares.
  • Descuido y desinterés en el aseo personal.
  • Ideas de fantasías de muerte recurrentes.

Frecuentemente cuando alguien está pasando por una depresión, «que por una parte no está diagnósticada por el paradigma social – IR AL PSICÓLOGO/A ES PARA LOCOS, PEOR AÚN IR AL PSIQUIATRA…SE CONSIDERA UNA MARCADA OFENSA ESTA RECOMENDACIÓN».

Historia aparte, es que colegas médicos incluso hoy en «la medicina moderna», siguen contribuyendo al paradigma de la NO atención mental tristemente…. «aunque usted no lo crea!»….

Por estas cosas y muchas más, se escucha: «Porqué estás triste…. mejor no estés triste.» Aunque -mal- o -bien- intencionadas, «pues quien sabe del corazón de los demás», estas palabras no ayudan y, en cambio, pueden invalidar lo que la persona siente.

En su lugar,  observa esta imagen en  la que claramente, un cerebro deprimido (lado izquierdo), NO FUNCIONA, se apaga, así como «la vida».

En términos médicos, depresión es que el cerebro, «se ha istido», alias, ocurrió una alteración en una o más monoaminas, una deficiencia de la dopamina, noradrenalina, de serotonina, glutamina, GABA, entre otros.

Aprendamos a escuchar sin juzgar, a estar presentes y a acompañar de verdad. Aunque lastimosamente la complicación de la depresión no tratada a tiempo, es el suicidio….. «cada 40 segundos se suicida una persona»

Sobre el diagnóstico, es con un buen equipo de salud mental.  Y aunque la depresión puede parecer abrumadora, hoy se tiene múltiples opciones de tratamiento que ofrecen esperanza:

  • Medicina: Los avances farmacológicos han permitido aliviar los síntomas de manera eficaz en muchos casos.
  • Terapia psicológica: Fundamental en el proceso, sus diferentes intervenciones  ayudan a las personas a gestionar sus emociones y patrones de pensamiento.
  • Apoyo social: La comprensión y el acompañamiento de familiares y amigos son cruciales en el proceso de recuperación, es decir debo capacitarme, informarme, LEER, para «salir de la ignorancia».
  • Innovación tecnológica: Métodos como la neuromodulación a través de terapia de estimulación eléctrica transcraneal directa (tDCS)  o la estimulación magnetica (TMS), representan avances prometedores, estimulando regiones específicas del cerebro involucradas en la regulación emocional. (En otra nota te comparto más sobre estos tratamientos). 

Y sí… yo también tuve depresión, tomé tratamiento, me ayudó mucho, y no, no me lo diagnostiqué, pedí ayuda, no fue rápido, demoró más de lo que piensas, es más, ni mi entorno se dio cuenta, me dijeron las mismas frases que a tí, y por supuesto, yo respondía……»no, nada que ver, yo estoy bien» – acompañado de una sonrisa amable, la que oculta toda esa sombra,  junto a una mezcla de deseosos insultos que no salían para ellos, más se iban contra mía». 

Hoy, recuerdo a mi abuelita. Su partida, aunque dolorosa, me dejó un legado invaluable: la importancia de mirar a los demás con empatía y compasión. Desde el cielo, sé que ella me observa con orgullo, viendo cómo su ejemplo y amor me guiaron a dedicar mi vida al servicio de quienes más lo necesitan.

Para quienes enfrentan la depresión o tienen un ser querido en esta lucha, quiero decirles: No estás solo/a. Hay herramientas, tratamientos y personas dispuestas a ayudarte. La depresión no define quién eres, pero tu valentía para buscar ayuda puede transformar tu historia.

En este Día Mundial «contra» la depresión y aliados, honremos a quienes enfrentan esta lucha, celebremos los avances en el tratamiento y reafirmemos nuestro compromiso de construir un mundo más comprensivo y solidario.

Juntos, podemos marcar la diferencia.

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Dr. Jorge Reque –  Paidopsiquiatría

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